Sus movimientos eran delicados, suaves y provocadores, la luz que se colaba entre las cortinas al vuelo del viento curioso era brillante, distorsionadora de miradas y caricias prohibidas.
Su blanca piel se entrelazaba con la piel del individuo en cuestión. Embelezado le tenía, ambos estaban el clímax de una relación mortalmente carnal, cuando por la ventana se cuela algo más que la luz de la luna, era Ella.
Frente a los radiantes cuerpos, la diosa de lo inalcanzable, redentora de lo benévolo, estaba perfectamente esculpida ante ellos en la plena desnudez de la noche. Asustados, pasamanos y aterrorizados quizá, gritaron. Ella los miró, su lengua rodeo sus finos labios rojos, encendidos al igual que sus ojos, una pequeña sonrisa les lanzó antes de…
El chico, cobardemente se cubría tras su novia, la cual temblaba de pavor. Ella se acerca lentamente hasta la chica, de un empujón envía al otro lado del cuarto al chico. Y allí, frente a tan tierna víctima, la acaricia, le besa en la frente (mientras esta trata inútilmente de defenderse), y sin más remedio, entierra sus colmillos en su pecho, bebiendo la sangre directamente del corazón cardíacamente acelerado.
El muchacho, cobarde, lo mira con desprecio, lo observa por un rato, se burla de su horror de frágil mortal, y con repugnancia se desdóblega para no beber de su sangre, matándolo finalmente con un certero golpe en el pecho.
Dónde estarás esta noche fría, diosa de lo inalcanzable, Mariela.
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Espero que te haya gustado, amiga mia. ^_^
2 comentarios:
me encanto *O*...no hay palabras
es bellisimo. sabes captar emociones. te quedo genial
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